La mucormicosis, u hongo negro, se puede contraer al inhalar un hongo llamado mucor. Estas esporas se encuentran en todas partes en el medio ambiente y las inhalamos todos los días. Este hongo de color negro crece especialmente en materia orgánica en descomposición, como verduras y frutas podridas. La sustancia negra que se ve en las cebollas es un ejemplo de mucor.
¿Por qué la Mucormicosis es Rara?
A pesar de la exposición frecuente a las esporas de mucor, la mucormicosis es poco frecuente. El sistema inmunológico de la mayoría de las personas evita eficazmente que el hongo cause una infección. Solo se convierte en un riesgo cuando el sistema inmunológico está gravemente debilitado, lo que permite que el hongo se propague y cause una infección fulminante.
Las infecciones fulminantes son un tipo poco común de infección fúngica invasiva que se propaga rápidamente a través de los tejidos y los vasos sanguíneos. Por lo general, las infecciones fúngicas invasivas se propagan muy lentamente a través de los tejidos.
¿Cómo Entra la Mucormicosis a Nuestro Organismo?
Las esporas de Mucor entran al cuerpo por inhalación. Si bien el hongo se inhala a diario, por lo general no causa daño a menos que el sistema inmunológico esté gravemente comprometido. Esto puede provocar la rápida propagación de la infección si no se controla.
¿Quién Corre el Riesgo de Contraer Mucormicosis?
Las personas con mayor riesgo de desarrollar mucormicosis incluyen:
Personas con diabetes no controlada
Pacientes con cáncer que reciben quimioterapia
Personas con síndromes de inmunodeficiencia, como el SIDA
Pacientes que reciben tratamiento con esteroides a largo plazo
Receptores de trasplantes de órganos que reciben medicamentos inmunosupresores
Algunos pacientes que han sufrido infecciones virales, como la COVID-19, que reducen significativamente la inmunidad.
¿Cómo Sabes que Tienes Mucormicosis?
La mucormicosis, u hongo negro, se presenta con varios síntomas iniciales. El signo inicial es un dolor facial intenso, que puede aparecer en las mejillas, los dientes, los ojos o la cabeza. Este dolor intenso normalmente no responde a los analgésicos.
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